sábado, 28 de diciembre de 2013

Dos Noches de Verano — 6 — Croft: Detener a Clara

>Croft: Detener a Clara.


Mi nuevo compañero no había tardado más de cinco minutos en hacerme disparar un arma. Necesitaba algo de tiempo para recuperar mi compostura.
Ya había disparado una antes. Antes de mudarme a la ciudad tenía un amigo con el que iba a practicar, aunque nunca había tenido muy buena puntería. 
De todas maneras, a esa distancia no podía fallar. Jack aun no se había convertido del todo, así que cayó muerto luego de un solo disparo.
Traté de devolverle las pistolas a Nick, pero se negó a recibirlas; parecía tener algo contra ellas. Decidí que iba a guardar una por la casa, y movimos el cuerpo del amigo de Nick. Encontramos unas palas en el patio trasero, y tomamos turnos para hacer un hueco en la tierra. Lentamente, en el transcurso de la tarde, cavamos un pozo y sepultamos a Jack en él. Dejé a Nick en el patio. Era claro que todo aquello lo había afectado.
Fui a buscar algo de beber. Antes de que esos dos llegaran había logrado revisar un poco la casa y no tenía nada de comida. Tomé un vaso de agua y revisé las pistolas; resultaba que solo una tenía el cargador completo. Guardé la otra pistola y la munición en un bolso que encontré en el segundo piso. Una pistola y diecisiete balas debían ser suficientes para pasar la noche. 
Ya estaba anocheciendo cuando empezaron a escucharse los gritos. No eran los primeros que había oído, pero mi nuevo compañero parecía tener una actitud distinta a la mía; Nick entró corriendo en el living, su hacha en mano. Salimos a la calle; una pareja estaba siendo perseguida por algunas de esas aberraciones. Estas estaban separadas y eran blancos fáciles, así que dispare a los tres monstruos y la pareja pudo encargarse del restante… usando solo un par de ramas. 
Él se llamaba Henry, ella era Clara. Nos dijeron que solo se quedarían por la noche y se irían por la mañana. Nick me miro con duda, como si entonces fuéramos compañeros; por mí hubiera sacado a los tres y estaría tomando mi baño. 
Nick y yo entramos a la casa, pero Henry y Clara se quedaron afuera para vigilar si más deformes iban a acercarse por los disparos. Parecía que eran de planear a futuro.
Nos sentamos en el living, junto a la puerta de entrada que apenas habíamos podido reparar. Nick parecía pensativo, y me pregunto si sabía algo sobre lo que estaba pasando. No había duda que la muerte de su amigo le había afectado; pero yo no tenía la menor idea. 
—¿Era un buen amigo? —le pregunté. 
—Sí —dijo Nick—. Él creía que esas personas eran demonios de la Biblia… pero míralo ahora. Lo que sea que es puede afectarnos a todos en cualquier momento. 
—¿Cómo un virus? 
—Tal vez. Solo te pido si vez que me pasa eso… Como a Jack. Dispárame antes de que me convierta en algo así. 
—Preferiría no hacerlo. 
Nick se quedó callado, pensando. 
—Es curioso que me dieras las armas —solté—. Hace unos años practique con ellas, aunque nunca me gustaron. 
—Pues yo no pienso tocar una y no creo que esos dos sepan usarlas. 
—Sí, tenes razón. Voy a ver cómo está arriba —dije, queriendo terminar la búsqueda que había empezado cuando Nick llegó a la casa. 
En la primera planta estaba la cocina y un baño; el tercer cuarto estaba lleno de ropa sucia y detergentes. En el segundo piso había un cuarto con cama doble, una oficina y dos espacios sin amueblar. Había tenido suerte de que Nick me diera su arma; ahí no iba a encontrar nada. 
Una cama y un sillón abajo… Suponiendo que Henry y Clara dormirían en la cama, tendría que discutir con Nick sobre quien iba a terminar en el suelo. Estaba por preguntárselo cuando volvieron a sonar ruidos afuera.
Escuchamos las voces de Clara y Henry, y sonaban alterados. Nick me miró preocupado, y creí reconocer el sonido. Corrimos afuera cuando escuchamos un estruendo y el ruido de un carro frenando. 
Al salir vimos a Clara arrodillada en medio de la calle. Parecía fuera de sí, al borde de las lágrimas. Unos metros más adelante Henry yacía en un charco de sangre, y en una posición nada saludable. Aun más adelante estaba el auto que había hecho los sonidos. Un tipo se estaba bajando de él. Nick corrió a ver como estaba Clara, y yo apunte mi arma hacía el hombre. 
—¿Esta muerto el tipo ese? —Dijo, mirándome—. Era uno de esos locos, ¿no? Quería ayudar —El hombre empezó a acercarse hacia nosotros, viéndose inocente. Relajé mis manos; no había necesidad de dispararle. Nick trataba de calmar a clara. Lo miré y él asintió; solo ver a Henry confirmaba la historia del nuevo. El cuerpo de Henry se había deformado, se veía cambiado; ya no era el de antes. 
—Eh, ¿estás bien? —le pregunté. Tenía sangre seca en la camisa y los pantalones, y varias heridas en el rostro. 
El nuevo iba a responderme cuando Clara masculló algo, se levantó del suelo y corrió hacia el sujeto. 
—¡No! —gritó Nick.
Clara cayó al suelo, y Nick corrió a ayudarla. El tipo me miraba asustado, y solo ahí note que había disparado el arma. Dejé que la pistola cayera al suelo y corrí a ayudar a Clara; le había dado en el brazo y estaba sangrando. 
—¿¡Por qué hiciste eso!? —me gritaba Nick. El sujeto corrió a ayudarnos y llevamos a Clara adentro. Nick me miraba molesto mientras el nuevo estaba confundido.
El nuevo se llamaba Clay, y le explique que fue un accidente mientras salimos a buscar la pistola en la calle. 
La herida en Clara solo fue superficial; pasó rozando la piel y solo la arranco un poco. Solo un poquito. 
—¡Idiota! —gritaba Clara mientras Nick trataba de limpiar la herida con vendas y alcohol de la cocina. 
Clara se calmó después de quince minutos de insultos. No sé si es que acepto mis disculpas o los analgésicos que Clay trajo de su carro también eran calmantes, pero en fin. Clay nos contó como termino ahí, y Nick trato de explicarle a Clara que lo mismo le había pasado a su amigo, Jack, mientras todos nos conocíamos un poco más. 
Eran las ocho de la noche. Todos teníamos hambre y había que comer algo. Puse sábanas y bolsas en las ventanas para que no saliera la luz. No sabía si eso serviría de algo, pero no perdía nada con intentarlo. Nick estaba molesto por el pequeño incidente con la pistola, pero no más que Clara. Ella quería apuñalarme, claramente. Y Clay, con toda su sangre y heridas, parecía haber sido el atropellado. Habían pasado menos de doce horas desde que había llegado a esa casa y ya habían muerto dos. Faltaban veinte más para que llegara el supuesto rescate.
No me quedaban muchas balas, así que le di la otra pistola a Clay. Nick tenía su hacha, y prefería que Clara no tuviera un arma hasta que se calmara. Debíamos tener suficiente para aguantar por un día… Si no nos convertíamos todos en esas cosas antes de que saliera el sol. 

—Te dije que no era bueno con las pistolas, Nick —le dije.


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